Situada en el castizo y antiguo Barrio de San Francisco de Ronda, es uno de los templos cristianos más antiguos de la Ciudad, situado en la misma calle que lleva su nombre, cerca de la Puerta y Murallas de Almocábar y el Convento de las Reverendas Madres Franciscanas.

Su construcción se inició por mandato de los Reyes Católicos, sobre la mezquita existente en el Arrabal Alto, el mismo año que se conquistó la Ciudad, concretamente el 24 de mayo de 1485, consagrándose bajo la advocación del Espíritu Santo en conmemoración del día en que fue tomada la ciudad, Pascua del Espíritu Santo. Las obras fueron finalizadas veinte años más tarde, en 1505.

El edificio presenta una gran homogeneidad en su construcción, correspondiendo al estilo híbrido gótico-renacentista propio de la época, con una sola nave dividida en tres tramos cubiertos con bóveda de crucería estrellada y tres capillas.

El Altar Mayor ofrece un retablo barroco muy próximo al rococó, que contiene una tabla de influencia bizantina con imágenes de Nuestra Señora de la Antigua y el cuadro de la venida del Espíritu Santo.

Es de destacar, que, en una de sus capillas laterales, se sitúa la representación escultórica del Santo Entierro, compuesta por la imagen de Cristo Yacente, junto con Nuestra Señora de la Soledad, San Juan Evangelista y María Magdalena, que procesionan en la tarde del Viernes Santo.

Asimismo, podemos encontrar en los laterales del Altar Mayor, la imagen de Cristo Resucitado, titular de nuestra Hermandad, y la imagen de San Francisco de Asís, Patrón del barrio que lleva su nombre y que procesiona por sus calles, cada 4 de octubre, día de su efeméride.